Monday, June 6, 2011

¿Qué he hecho acá?

En mi última entrada, quiero escribir un poco sobre las cosas importantes, es decir, lo que he conseguido de mi viaje a Argentina y a Buenos Aires en particular.
1) La perspectiva. He escrito sobre esta pregunta en una entrada previa. Esta perspectiva me lleva más cerca a las preguntas difíciles que todos nosotros jóvenes (o por lo menos yo) tenemos. Citando la canción ‘Better Together’ por Jack Johnson: “Why are we here, what are we doing, and how come it’s so hard?

2) Confianza. Nunca he vivido en una ciudad grande, y aunque por la mayoría de este viaje he pasado mi tiempo en Palermo, siento más cómodo en lugares como la ciudad. Pienso que ahora tengo más lo que se llama “street smarts”. (Hay una diferencia entre “street smarts” y “book smarts”)

3) Experiencia con gente. Esto siempre es útil. Cuando estoy en mi hogar o en Dartmouth, siempre interactúo con la misma gente. Acá se me hizo interactuar con gente diferente, y esto me lleva experiencia y lo que llamamos “people skills”.

4) Amigos. Conocí a alguna gente con quien ahora estoy bien amigo.

5) La perspectiva. No puedo destacar demasiado la importancia de esta en este momento en mi vida.

El racismo

Es casi una paradoja escribir sobre esta pregunta, por qué mi filosofía a través de la universidad y mi vida fue ignorarlo. Pero soy la única minoridad en nuestro grupo (Annaliese es la única otra, pero al superficie no parece tan distinta como yo)…pues, se dice el mejor escrito viene de lo que se conoce. Pienso que puedo decir algunas cosas distintas, y quizás interesantes, sobre esta pregunta.

Quizás su primera pregunta sea por qué quiero ignorar este tema. Hay un acuerdo en el académico, en lo que llamamos “polite society”, en lo que Terranova llamaría “*”, que en nuestra edad iluminada debemos celebrar nuestras diferencias. ¿Por qué dije que mi tendencia es ignorarlo?

Recuerdo una instancia cuando estaba hablando con un maestro de la literatura inglés sobre literatura étnica. También, esa semana fue la tonta (digo yo, pero ya entiendes que esta entrada va a ser bastante polémica y non-pc) ‘semana de herencia asiática’ organizado por algunos estudiantes. Mi posición fue que no debemos destacar los escritores (de herencia asiática) que crecieron en los E.E.U.U. Digo, son americanos, como vos, como yo, como Ralph Waldo Emerson o Fitzgerald. Especialmente cuando los temas no son sobre cosas que tienen que ver específicamente con asiáticos. De repente, me dijo “Oh, you just don’t understand it yet. It helps you guys make progress this way.”

Querría darle un golpe a la cara. Actualmente, querría matarlo, el fraude intelectual, el racista condescendiente. Una nota acá: no me molesta mucho cuando se me llama ‘yao ming’ o ‘chino’ acá en la cancha. No me molesta mucho el racismo abierto tampoco: soy duro, puedo confrontarlo. Pero, y necesito decir que es más común en la izquierda que en la derecha-históricamente contra cosas como acción afirmativa-lo que me detesta es el racismo insidioso, condescendientemente. Este tipo de racismo es la raíce de lo que limita lo que quiero. ¿Pero qué quiero?

Lo que quiero, lo que siempre querría a través de mi vida, es la libertad. Cuando sos parte de la mayoría en un país, sea los estados unidos o Japón, sos libre. No hay estereotipos, no hay un modelo ni expectativas de otra gente sobre lo que debes ser. Sos juzgado para lo que haces. Si escribo un libro bueno, es un libro bueno. Si mal, mal. No sos automáticamente un dueño de un supermercado, ni automáticamente buenos a las deportes (si uso unos estereotipos.)

Bueno, si quieres mencionarlo, soy étnicamente chino. Sos étnicamente negro, o blanco, o cualquiera cosa. ¿Y entonces qué? Yo soy un hombre joven, un estudiante de Dartmouth. Fui un jugador bastante bien de tenis. Me gusta salir, el color naranja. Hablo tres idiomas, tengo un hermano. Estoy, pienso yo, bastante copado. Tengo un sueño a viajar por el mundo, quizás escribir, no sé ahora. Una vez, un oso me tomó de mi mano una chuleta de cerdo (es una historia grande. Voy a contarle algún día.) Todos estos, para mí, estos son tan importantes como mi raza.
Pero cuando hay este maldito paradigma, cuando siempre maldito siempre se destaca este maldito fenómeno de raza, entonces, ¿que logramos? ¿Dónde estamos? ¿Cómo progresamos, como amigos, como amantes, como cualquiera?

Soy étnicamente chino. No me malentienda, estoy bien contento con eso. Es un gran parte de lo que soy. ¿Pero qué tiene que ver esto con lo que puedo ser, lo que puedo hacer? Esta pregunta quizás parezca, intelectualmente por lo menos, tonta, hasta se mira al fenómeno tan grande de auto-segregación de las razas en tantas países. Por ejemplo, hay un libro famoso llamado “Why Are All the Black Kids Sitting Together?”

A nuestro punto centro, pues, algo que tiene más que ver con este viaje. En Argentina siento mejor que en los Estados Unidos. Aunque he visto que hay separación, podemos decir auto-segregación entre los asiáticos y la población blanca, no hay ese paradigma debajo de la superficie “pc”, un paradigma retorcido y complejo sobre la identidad racial como en los Estados Unidos. En la cancha durante los primeros días se me llama Chino, porque parezco chino. Ahora, se me llama 'boludo' más que nunca, y Ke también. Quizás sea que no hay tanta gente asiática acá, pero de todos modos siento que con la mayoría de las personas acá con esa lujosa de una pizarra en blanco. Tengo, por esto, un cierto tipo de libertad.

Y esto, realmente, es algo que me gusta más de este país.


PS: No estoy seguro que todo esto sea correcto. Vos, con más experiencia en este país, puedes decirlo con más seguridad.



quién soy?

Córdoba y Rosario

Sé que me has pedido que escriba menos sobre nuestras excursiones, pero quiero por lo menos escribir un poco sobre mis impresiones de Córdoba y Rosario.

De Córdoba recuerdo que, al contrario de lo que he esperado, no había tanta gente jóvenes (estudiantes de la universidad) que salían esa noche cuando llegamos.

Entonces, si no hubiera un partido de Heat vs. Bulls en el NBA finales, sería una noche bastante aburrida. Pero vimos eso partido, y pasamos bárbaro. No fue una experiencia tan argentina, pero bueno. También, comimos (nosotros cuatro chicos) un sándwich de lomo en el famoso 826 o 268…no recuerdo exactamente el nombre del restaurante pero la comida fue riquísima. Casi me morí de placer. Déjame explicar. Fue el tipo de cena donde no hay lo que los economistas llama “la ley de rendimientos decrecientes”. El primer mordido fue delicioso. Y el segundo, y el tercero. Pero esta consistencia de placer no llegó al costo de cuantidad de comida. Al fin de la cena, estaba muy contento. Un cena…perfecta.

En Rosario, pues, fue un sueño en todos los sentidos de la palabra. Mi primer día fue una mezcla de caminar, dormir, realmente no recuerdo mucho de ese día, sino un sentimiento vago de gozo. Nuestro segundo día fue un sueño porque esa mañana tuve la peor resaca. Alrededor de mediodía, desapareció la resaca, y el contraste entre el dolor y el sin-dolor en mi cabeza fue tan grande que todo el mundo me parecía como una cosa fantástica, con colores, con vida. Ayy. Un sentido muy bueno.

Pero recuerdo de una historia sobre un chico que vio a su amigo golpeando contra una pared con su cabeza. Cuando le preguntó por qué hacía esto, su amigo le dijo: “porque quiero el sentido de placer cuando paro.”

Por eso, nunca voy a entrar en un concurso de beber con Jack nunca más.

De todos modos, disfruté el museo, la playa, etc. No necesito regurgitar sobre estas cosas.


el monumento de las banderas

Sunday, June 5, 2011

Un choque magnífico

Gracias a la Uvita, a Mr. Dog, a los panchos, a las empanadas, a los chorris, a cualquier cosa que he consumido a través de las semanas pasadas. Alguien me preguntó hoy, “¿Estás creciendo una barba?” Sí, señor, sí. Hasta este punto, no podría crecer nada mucho en la barbilla, pero ahora hay algo. Y no es “peach fuzz”. Es la cosa actual, bastante gruesa. Justo en tiempo para el verano. Gracias, Argentina. No puedo esperar.

¿Por qué viajas?

Estaba mirando a mi “planner”/diario porque necesito ahora hace planes para regresar a mi país. Mi real país. Hace, pues, todo este viaje que no he mirado a esto. Pero vi unas notas sobre esto y eso, que para yo ahora parece bastante tonto. Había unas cosas sobre notas, sobre desaires, sobre, realmente, cosas muy tontas.

Recuerdo un sentimiento similar cuando fui a China para ensenar inglés un verano, y cuando recuerdo ciertas memorias de la niñez.

Yo pienso viajar, como envejecer, es una fuente grande de perspectiva. Quizás no sea tanto perspectiva verdadera (i.e. alejar el imagen versus cambiar el imagen), pero mi sospecha es que sí es así. Y si es así, entonces en esto está el valor verdadero de viajar, de un semestre “abroad”. Especialmente para mí, porque soy de los suburbios y entonces viví en Hanover, y nunca he vivido en una ciudad. ¿Qué quiero decir con esto?

Buenos Aires es una ciudad de 13 millones de gente. Cada una tiene sus sentimientos, sus objetivos, sus vidas mismas. No soy especial. No soy mucho. Es una ciudad y una experiencia sublima. Uso esto en la manera de que el filósofo Inglés Edmund Burke lo usó. Sublimo, en que algo es tan grande, tan magnífico, tan lleno por eso de de horror a nuestra mismas insignificancia (pero hay belleza en este horror porque también es una verdad profunda) y entonces la insignificancia también de muchas de nuestras preocupaciones.

Se dice que cuando estás muriendo, sueles pensar en algunas cosas específicas. La lista incluye familia, cumpleaños, amigos. Nunca incluye facturas, impuestos, notas, rencores.

Es cliché, sí, pero para mí parece que si se diera cuenta más temprano de lo que es importante, se podría trabajar más sobre eso. Yo no tengo esta perspectiva tan generosa todavía, pero…he mejorado la mía un poco por este viaje, creo. Si no, por lo menos he mejorado mi castellano y tengo algo más para mi resume así que puedo encontrar un trabajo y etc, etc…
Jaja.

La historia de mi viaje, contado por la comida

Mientras acercamos al fin de este semestre, di cuenta que una de las cosas más importantes (para mí, por lo menos), ha sido la comida. Si se da la información sobre que comidas que he consumido-y nada más-a una persona, esa persona podría averiguar a cierto punto mucho de no solo mi personalidad, sino la relación entre yo y esta país durante mi visita, un tipo de topografía, si quieras.

Esta entrada, como se puede ver, no es actualmente una entrada muy típica. Pero probaré esta pregunta bien interesante: ¿qué dice la comida que he experimentado sobre mi experiencia en Argentina? No tengo el tiempo para hablar en detalle lleno de todas mis experiencias con la comida, pero pienso sería valer la pena si hablo un poco de algunas experiencias y qué significan en términos de lo que podrían mostrar sobre mi viaje.

Al empieza de mi visita, traté de comer muy argentino. Nuestro primer día, comí un chorripan cerca del cementerio de Recolecta. Fue delicioso, rico, y totalmente insalubre. En Hanover y en donde vivo en Michigan, no hay acceso fácil a esta “comida de la calle”, y entonces para mí fue una experiencia nueva y totalmente deliciosa. Me siento un tipo de libertad, de poder (casi), cuando puedo pedir para algo rápida, sencilla, y indefectiblemente rica. Mi teoría es que la comida de la calle es el Id (Freud) de la comida. Es totalmente primal en su apelación (piense en sus características típicas: grasa, sal, falta de vitaminas y nutrición. En este tipo de comida también hay algo gloriosamente plebeyo.

En Bariloche, yo y Cristián buscaban para almuerzo, pero fuimos limitados por nuestra pobreza. Tristemente caminábamos, pasamos turistas y bien-vestidos locales en restaurantes elegantes que ofrecerían ensaladas y bife de chorizo. Nuestra única opción en ese momento pareciera una miga fría de un kiosco. De repente, vimos humos de una parilla en un parque. ¿Puede ser? Un hombre bajo y negro cocinaba hamburguesas y chorris debajo de una parilla mientras su mujer los vendía a una larga fila de trabajadores de construcción. Una de mis memorias favoritas de este viaje en su conjunto es sentando en ese parque con Cristián comiendo un chorri barato, grande y jugoso, mientras observando con una felicidad nacido de mala leche los perros callejeros que me miraban con envidia.



Con mi familia, la comida fue el eje de nuestras interacciones. Esto quizás parezca un poco triste (que la ubicación de casi todas nuestras interacciones más profundas estuvo en la mesa), pero necesitas recordar la importancia de la comida para mí. Mis conversaciones con mis padres acá, mientras disfrutaba de la buena concina de mi madre (hablo de milanesas, de pasta, de comida sólida y entendés lo que quiero decir con esta palabra), son unas memorias muy lindas.

A través del semestre, mis hábitos de comer solían a tener que ver con más comida, digamos (o diría la Profesora), imperialista. Hablo de McDonald’s, Subway, El Rey de Hamburguesas.

Podemos hablar de algunas preguntas interesantes que tienen que ver con este fenómeno. Primero, el fracaso de asimilación. Con mis compañeros también, el almuerzo no es algo que debe tomar horas de su tiempo. No tenía tiempo después de clase para un almuerzo largo (porque las horas de cancha libre de básquet son limitadas), y por eso necesitaba algo rápido pero abundante al mismo tiempo. Las opciones americanos, como Subway, son ideales.

Un otro pregunta que puedo mencionar es el hecho de que en estes lugares, siempre hay mucha gente. Aunque he visto muchos otros restaurantes casi vacios, nunca es el caso en Subway o McDonald’s. Este significa que son muy populares entre los argentinos también: y en esto podemos ver una ironía del viaje de americanos a un país extraño.

Aunque es nosotros que deben ser más y más asimilados, la cultura y los productos de nuestras empresas, de internacionalización e imperialismo (si quieres), lo hacen así que el mundo está asimilando a nuestros sabores. Y, jaja, ¿quién está diciendo esto? Un hijo de inmigrantes chinos a los E.E.U.U. Qué cosa.


ubicuidad

Monday, May 30, 2011

Grafiti

Una observación bastante obvia, pero hay Grafiti en todos los partes de este país.
Cada mañana, cuando tomo el subte a UADE, veo la grafiti en las paredes. Lo vi en algunas publicidades en los parques de Barlioche, en Mendoza, y en Corodoba también.

Julio Córtozar lo hizo romántico el grafiti. En ese cuento, fue (digo yo, para mí) ambos un representación de agridulce amor y un protesta contra opresión. Hay, por estos, una legitimidad a la grafiti. Lo elevó Córtozar al plano de ‘arte’, sea lo que sea.

Pero frecuentemente, esto no es el grafiti que veo en las paredes de la ciudad. Algunas son sobre la política pero son crudos, maleducados, sin (para mí) ninguna de la elegancia o matiz del grafiti que vimos en la peliculita de ese cuento de Córtozar. “Kircher puta”, por ejemplo.

Por la mayor parte, el grafiti que veo en esta ciudad son feos (negro, sin muchas muestras de talento artístico), crudos.

Y me hizo un poco enojado. Qué línea flaca entre arte y pelotudos tan egoisticas que creen que todo el mundo debe ver su grafiti en vez de disfrutar de un espacio limpio. Digamos, vándalos.

Pero conozco que esta línea flaca también cambia, depende en la persona.



por lo menos esto se esfuerza a ser interesante

Voy a abrir un Mcdonalds Acá

¿Dónde está el servicio? Haré una cosa muy porteño: quejaré. Pedí para un combo Big Mac y esperé para 27 minutos. 27 minutos, para “comida rápida”. Mi Big Mac ya está, y los papas fritas ya están. Pero la chica detrás del mostrador no hizo nada, ni sus compañeros que demostrarían más interés en charlar y lentamente “limpiar” un mostrador ya bastante limpio.

Después de un rato, dije:

“Ehh…Senora, mi Big Mac es listo.”
“Ok”, dijo ella, y seguí a limpiar el mostrador.

Esperé 14 minutos más. (Estaba contando, tenía un reloj.)

Detrás de yo, había una fila muy larga. Es muy popular, McDonald’s. Siempre veo mucha gente. Pero el servicio es tan mal. Si abro un restaurante que opera eficientemente, ganaré mucha plata. Algunas ideas para mejorar el servicio:

1) Si está listo toda la comida, la prioridad primera es darlo al cliente. Oí que los militares, para realmente torturar alguien, pondría un Big Mac antes de alguien: fresco, listo, pero no se puede comerlo.
2) No debes colmar la bebida primero antes de todo. Si mi bebida espera por 27 minutos
conmigo, el hielo funde y la coca sería sin gas.

Estos dos son mis sugerencias primeras, pero voy a pensar en más.
¿Esto significa que nunca voy a regresar a este McDonald’s? Claro que no. Pero ¿tendré más opiniones quizás irrazonables sobre el desastre que es la economía argentina? Claro que sí.


la verdad es que es siempre irresistible, con bien o mal servicio

Monumentos y La Historia

Una Nota:
La Profesora me ha mandado un mensaje fuerte, y por eso en este lugar (este lugar metafísica del blog), voy a ejecutar algunos cambios. Primero, voy a hablar menos de nuestras excursiones compartidas, y más sobre mi sujeto favorito: yo sí mismo (y los cambios de la topografía ‘interno’, claro).

De todas modas. Mi mamá me contó dos o tres días antes después de que me desperté a las tres de la tarde (deambulando lentamente al baño, en mis boxeadores), sobre como el chico de Harvard que tenían ellos antes que yo fue un chico “go getter”. ¿Qué significa esto? Pues, por uno, él siempre se despertó muy temprano. También, siempre estaba haciendo cosas afuera de la casa. Dijo mi madre que “nunca lo vi”, y dijo esto con algo casi como nostalgia. No sabía exactamente cómo interpretar estas palabras (¿qué sin vergüenza, quizás?), pero de todos modos sentí de repente un deseo para salir.

Después de esto, me fui para caminar. Simplemente para explorar un poco, conocer más la ciudad y aprovechar de las últimas horas de esto día lindo antes que la puesta del sol. Fui a la Plaza de Mayo, pasando muchos de los sitios que miramos en nuestras excursiones con Gabby.

Estaba con yo sí mismo, y solamente yo sí mismo. Y cuando miraba a los edificios notables, tocados por el sol, me parecieron nuevos y diferentes aunque ya los vimos con Gabby a la empieza del FSP. Estaban lindos, y me di cuenta que aunque disfrutó en aprender sobre ellos, después de este viaje no voy a recordarlos. En vez, voy a recordar los perros callejeros en plazas como eso, en remar, en la Estancia (no tanto el edificio sino ese sentimiento grade de placer y anticipación puro después de esas empanadas riiiicas y antes del asado) y…escribiría más si esto fuera mi diario privado.

De todos modos, son muy lindos, estos monumentos, estas testimonias al pasado y los eventos históricos. Deben ser muy muy importantes, en algún sentido. Pero para mí, y pienso para todo el mundo, no es el caso. Vamos a recordar las cosas tontas (“tontas” en el sentido de que no tienen valor “histórico”). Prefiero así.

Sunday, May 15, 2011

¿El sur como el oeste?

Me fascina el papel del oeste, pues, “Oeste” en la cultura y la historia de los Estados Unidos. Cuando era joven, me gustaba ver las películas “Westerns”. En un ensayo que escribí para mi clase de AP American History, escribí (aún esta idea no es solamente mío por supuesto) que el Oeste era y es un símbolo: un vaso para los sueños e ideales de una democracia nuevo. “Go West, young man, Go West” (una cita del autor Horace Greeley) es fijado en la cultura Americana, en la imaginación compartida de la nación. Pienso que esto tiene mucho que ver con el papel de un lugar como Bariloche en la imaginación compartida de Argentina. No tengo ninguna evidencia sino lo que discutimos en clase en nuestra conversación sobre Los Topos. ¿Por qué fue a Bariloche Omar? ¿Por qué tiene una atracción para un hijo de desaparecidos, buscando por su identidad? Quizás sea la atracción de un lugar nuevo, que simboliza sueños nuevos. (Esto tiene que ver con esas cosas sobre el cambio de sexo también.) Como muchos de mis ideas, esto no es muy desarrollado, pero bastante interesante. (Para mí, por lo menos).

En adición, acá un link que tiene que ver con lo que pienso cuando pienso en el “Oeste”. Mira el primer dos o tres minutos, con alto sonido:
http://www.youtube.com/watch?v=3g07eCJef38

Noches en Loche

Siempre nos dijeron los guías: Argentina es un país grande, inmenso, con diversidad de climas y paisajes. No comprendí llenamente hasta que vi los paisajes alrededor de Bariloche.

Es magnífico. Como algo de una pintura, algo del “Hudson River School”. Puedo hablar mucho y mucho más sobre la naturaleza, las montañas que crecen de repente de un desierto (muy similar a la Sudaoeste de los Estados Unidos), los lagos claro, los árboles deciduos, ríos prístinos. Paro. Lo pillas. (También, confié en mí que todo arriba es más poético en inglés.)

En nuestro viaje a Bariloche, y en nuestros paseos a su ambiente vimos mucha diversidad de paisajes; todo muy linda.

El pueblo sí mismo de Bariloche parecía más como un “ski town” o un lugar de Europa (Suiza) que un lugar Latinoamérica. (Quizás aparezca inconsciente esa oración, pero es la verdad.)

Noté que el demográfico refleja esto. Casi todos allá eran blancos, y vi menos de las apariencias indígenas que se puede ver en una ciudad como, pues, Buenos Aires. Noté también en los jóvenes argentinos allá una tendencia a “ski bum” cultura, aunque durante nuestra visita no había nieve.

No tengo mucho más para decir ahora: no es un problema de falta de ideas sino falta de palabras. Tengo muchas fotos, y voy a subirlos luego. Una profesora de literatura quizás máteme para decirlo, pero a veces palabras no son bastantes.

Más sobre el peor de los tiempos

Una mañana en Mendoza, un chico llamado Ke compré un “cono de Pizza” porque tenía mucha hambre (y dolor de cabeza). Costó 16 pesos, bastante caro. Mientras caminé, casi me rompí un diente porque todavía estaba hielo el centro del cono.

Un desastre. Después de esto, caminamos por Mendoza buscando para monedas para un colectivo a las bodegas. Había un servicio que alquilar bicis fuera de la ciudad. Mientras buscaba en mi billete para algunas monedas, caí en un agujero. Sí, un agujero. Grité: “FUCK WHAT THE FUCK A FUCKING HOLE” mientas un anciano simpático me dijo: “Debes tener cuidado…hay muchos baches acá.” Gracias, señor.

No tengo tiempo, ni la inclinación, para relatar cada uno de nuestras aventuras en Mendoza, pero voy a decir que por el mayor parte eran experiencias...pues...

Voy a dejarte con algunos hechos breves que aprendí en esa ciudad.

-Si querés un bici, va a Mr. Hugo’s. Es muy amigo mío.
-Toro Viejo es una poción que puede curar todos los males.
-Si estás buscando como nosotros para la Mina de Flores…buscá en algún otro lugar. Ella no vive acá en Mendoza.



Se dice que esto es su hogar.

Fue el mejor de los tiempos, fue el peor de los tiempos




Mendoza

El primer día en Mendoza fue increíble. Soltamos del bus, llenos de energía, y descubrimos una poción mágica (hecho por los dios, creo) llamado “Toro Viejo.” Andamos por estos toros viejos y legendarios toda la tarde, y fue una gran tarde. Fuimos a un acuario, donde vimos serpientes grandes y largos, y caminamos por las avenidas amplias de Mendoza. Muchos árboles grandes también: me gustaba mucho las sombras de estos árboles viejos. Tristemente los edificios no igualaran los árboles en belleza: vimos por la mayor parte apartamentos de bloque y edificios que parecían muy utilitario. Esa noche, fuimos a un país llamado Caro Pepes (o algo así) donde un mozo nos trató mal. Mintió sobre el precio de bebidas.

Pero todavía encantados por el hechizo del toro viejo, no importamos mucho y salimos a algunos bares y boliches, buscando como vertible Don Quijote para las míticas minas de Flores.

Si nuestro primer día en Mendoza fue un sueño, nuestro segundo fue una pesadilla. Me desperté al ruido de gemidos de mis compañeros. Por alguna razón tenía un gran dolor de cabeza y sentí un gran deseo para agua. Pero no había agua. En adición, la ventana de nuestro cuarto (en el segundo piso del hostel) fue abierta y el ruido de colectivos afuera era como clavos en tiza… (Más sobre todo esto luego)

Emocionado en el Omnibus

Nota: Escribí esta entrada en el bus y a través de nuestra vacación por mano. Lo que ves acá es, con algunos cambios necesarios, más o menos verbito.

Estoy muy emocionado ahora porque nuestros asientos son, sin exageración, al frente (y en el nivel arriba) del ómnibus. Es como que, para citar Jackecito, “estamos manejando este bus.” Imaginamos que durante la noche, vamos a volar y las estrellas (luces blancos en la oscuridad), estrecharán mientras entramos a “velocidad de luz”. Sí, a veces dejo mi lado “nerd” domina.

Otra cosa: los asientos son muy cómodos. Más cómodo que los asientos económicos en las aviones. Pero, cuando pienso en esto más, me di cuenta que al mismo tiempo usualmente se pasa meno tiempo en una avión. Necesitamos 16 horas para llegar a Mendoza: Necesité menos para viajar de Houston a Buenos Aires.

De todos modos, no me importa mucho esta pregunta en este momento. Voy a tranquilarme. Me alegro que no tengo tarea (¡nada!) por esta semana que viene.

Tuesday, May 3, 2011

Una ocurrencia divertida en la feria de libros

Entre los libros elegantes y caros del stand Random House (un editor transnacional de libros y donde comprábamos Los Topos), busqué frenéticamente para un stand con que podría hacer mi informe. Encontré el stand “Consejo Profesional de Ciencias Económicas” en el mapa, y porque estudio la economía en Dartmouth, empecé a caminar allá.

En mi camino, vi algo, digamos, curioso (Apenas pueda encontrar la palabra correcta en inglés). Había un stand Coreano, y en el medio habían dos maniquíes vestidos en un modo tradicionalmente coreano. Alrededor de los maniquíes fue tres chicas, sonriendo con sus manos formando un “v” mientras un cuarto chica tomaba una foto. Las chicas posando me vieron, y yo levanté un cejo y les di una sonrisa irónica. Ellas empezaron a reírse, y una me preguntó mi nombre. Desafortunadamente, no tenía tiempo para charlar. Dije Ke, mucho gusto, y seguí mi camino.

Saturday, April 30, 2011

Las Minas Aca

Ok, he retrasado esta entrada por mucho tiempo, pero necesito decirlo. Las minas acá son, en general, lindas. Muy lindas. Esto entrada quizás parezca un poco tonto, pero para mí, es bastante notable. Ya tengo una imagen de una chica linda típica acá.
1) Pelo largo (esto es un punto muy importante), moreno, a veces con teñidos de rayas rubias.
2) Zapatos. Aunque los tacones (y cosas así) no son tan populares acá como en países como China, las minas acá esfuerzan más que las de los Estados Unidos. Nunca vería flip-flops. Las zapatillas populares incluyen Converses, o botas de cuervo.
3) Nunca vería pantalones de chándal, pero raramente vería vestidos tampoco. El más popular son jeans apretados, y un top elegante (quizás un cardigan).
4) En general, son delgadas. No necesito decir más.
5) Algunas tiene lo que llamo “la marcha de la supermodela". Se caminan con una oscilación de la cadera, medidas fuertes pero elegantes, y un balanceo suelto de los brazos. Esto es acompañado por la agitando de pelo largo y moreno. Imagino que se puede ver esto estilo de caminar por todos las pasarelas de Paris o Milan.

Es todo lo que tengo ahora. Contá con más entradas sobre este sujeto.

Un pensamiento subdesarrollado.


Tenemos (y no sé, pues no quiero pensar en, quién exactamente son nosotros, pero voy a usar el término en cualquier caso) a veces un tipo de orgullo que nos obstaculiza en actualmente conozca gente nuevo. No hablo solamente de Argentinos. Yo sé que es muy difícil entender lo que quiero decir (especialmente por mi castellano, digamos, roto) y por eso quiero usar una ilustración. Mirá. Si querés hablar con una persona (por cualquier razón-sexy es un razón muy común por ejemplo), frecuentemente esto es su proceso de pensamiento. Hablo de experiencia personal.

Ke 1: Wow, muy sexy. ¿Pero va a querer conocer a mí?
Ke 2: ¿Por qué no? Dicé hola.
Ke 1: No, no…tengo miedo del rechazo.
Ke 2: ¿Qué vas a perder?
Ke 1: Quizás habría humillación, una pérdida de orgullo.

Basquet

A través de mi visita acá, daba cuenta que aprendo mucho de interacción cotidiana, especialmente cuando se hace una comparación a las lecturas o en clase. (Esto no quiere decir que no me gusten mucho las clases, claro.) Por ejemplo, en la cancha de básquet. Aprendí que el término para un “foul” es “fuuul” (no estoy seguro sobre la ortografía), que “shoot” es el mismo que “tirar”, y que mi apodo es “chino”.

Jajaja, tranquilase. No me importaba. Cuando juego básquet en los estados unidos, frecuentemente mi apodo es “Yao Ming”, a pesar de que él tiene 7 feet y yo 5 ft. 10 inches.

Algunas otras notas:
-Extrañamente, soy unos de los mejores jugadores acá. Aunque en general los estudiantes son muy atléticos, en general nadie ha jugado básquet organizado y también en general son cortos.
-Ya soy amigos con algunos de estos alumnos por este deporte. Esto es un gran método para conocer gente.

Noche de Tango

No tenía el tiempo a escribir sobre nuestra excursión a una clase de tango, y quiero hablar un poco sobre eso. Empecemos en la casa de Gabby (nuestra guía didáctica-quizás demasiada didáctica), donde nos mostró un powerpoint larga y muy informativa sobre la historia de tango y la cultura alrededor de tango. Aunque presté atención a través de la presentación, ahora no recuerdo casi nada del powerpoint, sino que “tango es muy importante” y que su casa fue muy linda. También recuerdo que estaba pensando en su salaria como una guía de API. Qué extraño, mi memoria. Aprendí mucho más, creo, después cuando fuimos a un salón de tango.

Fue muy divertido. Estaba sorprendido por la cantidad de jóvenes allá: pensaba que solamente hubieran viejos, ancianos actualmente. Pero no, muchos jóvenes y disfrutaba mucho en tomarme el pelo. (Making a fool out of myself?) Conocí a una chica durante una sesión de baile, y después la compré una cerveza. Me encontré haciendo una gran esfuerza (como nunca antes) en usar castellano correcto mientras charleábamos. Dos encuentras como eso y tendría la fluencia perfecta. Ella fue muy linda. Creo que era de Flores.

Sunday, April 17, 2011

La Estancia

A la tarde, cuando el sol se pone y todos estábamos cantando a alguna canción, sentí de repente muy triste. Sentí que, primero, este día fue unos de los mejores en mi vida. Sentí que fue una gran lástima que había que terminar. Pensé en mi vida, en lo que había hecho y lo que querría hecho. Arriba de todo, me di cuenta que este momento, tan divertido, tan representativo de lo que querría de la vida, en su esplendor, iluminó…pues. La evanescencia, la brevedad.

A veces, pretendo a ser un hombre como mi padre o de muchos de mis amigos, alguien que no piensa mucho, que prefiere a hacer, ¿sabes? Desafortunadamente, a veces pienso demasiado. Cuando era niño, era muy sensitivo, perceptivo. Débil, en algunos sentidos. Pero de esta debilidad viene una tendencia a nostalgia, a pensamiento, a un tipo de “wistfulness”. Por supuesto, por mi vida hasta ahora, siempre trato de enterrar estas tendencias: en el mundo práctica, no son útiles, y no me llevan felicidad la mayoría del tiempo. Pero escribo todo esto para que se pueda entender de qué país viene mis pensamientos. Ojalá que a través de mi castellano roto se pueda entenderlos (es bastante difícil en inglés).

De todos modos, me recordó mucho de eso pensamiento nuestro viaje a la estancia. En el nivel profundo, esto es lo que querría decir. ¿En el nivel superficie? Me gustaba mucho el clima, la casa tan occidental-chic en su apariencia. Me gustaba la gente simpática, que con paciencia nos mostraba su vida y su hogar. Me gustaba andar en los caballos (viviendo un sueño viejo de yo a ser gaucho). Más que casi cualquier otra cosa individua, me gustaba mucho el carne y la comida rica y abundante y gratis. Me gustaba charlar y tranquilarme. Y en el fin, fue bastante a hacerme sentir nostalgia. Fue, yo sé mucho por eso, un gran día.

Tuesday, April 12, 2011

Estoy adaptando

Hoy, tomábamos una excursión al parque (esa reserva naturaleza) dentro de Puerto Madero. La concepción me parecía muy interesante: una extensión de verde, en el medio de esta ciudad bulliciosa y grande. Pero no sea lo que imaginaba. Por uno, hace (por alguna razón) mucho, mucho calor. Y no fue calor seca: fue calor húmedo, que se siente agarre su piel sudorosa. (Permiso, solamente quiero escribir un poco como Borges.)
Por segundo, había un enjambre de mosquitos. Para ellos, fue una fiesta grande, y ellos festejaban. Nosotros éramos el jamón de la Navidad. Finalmente, la playa era llena de basura, y olfateaba un gran hedor.

Pero, como se dice acá, ya se fue. Y no quiero ser quejoso. Después de nuestra excursión fui a UADE para hacer ejercicios. Toda salía bien, y (esto no es muy importante en la superficie, pero por mi “topografía infernal” me parece muy importante) cuando llegué a casa a las 7, tarde y después de la puesta del sol, sentía un gran sentimiento de orgullo. Estoy adaptando bien, creo. Vamos a ver.

Monday, April 11, 2011

Una tarde de té.

Hoy tombaba té con mi familia acá: toda mi familia. Llegaron tres hijos de mis padres que hasta ahora no había visto. No recuerdo todos sus nombres (había uno llamado Joaquín…), pero estoy escribiendo sobre esta experiencia porque me ha dado un sentimiento muy, creo, importante.

Fue cuando estaba jugando con el niño de la hija de mi “padre” acá cuando conocí que actualmente, mi familia y la cultura acá es muy muy muy similar a la cultura y la familia de yo, y, creo, todo el mundo. Todas las sonrisas son las mismas, todos los chicos son como pequeños exploradores, y todas las familias (en general) les aman.

Yo sé, yo sé, es un poco cursi. Pero todavía fue una revelación, casi. Los hombres (yo incluso) dejaron a la mesa un momento para mirar los Masters (golf), y había un poco tensión cuando me encontraba aclamar por Tiger y los otros por Cabrera. Me recordó de los juegos de básquet que miraba en mi casa con amigos en Michigan.

Todo esto quizás parezca aburrido. Para mí, esa tarde fue algo que me ayudó mucho a crecer un sentimiento real de “acá puedo vivir, acá está mi hogar, o, por lo menos, mi hogar lejos de mi hogar.” Aunque no me gustaría admitirlo, los varones también a veces tienen añoranza. El té esta tarde hizo mucho para reducirlo.

Sunday, April 10, 2011

El Tigre

El viernes pasado nosotros (los estudiantes de Dartmouth, Gabby, y Prof. Noelia) viajábamos al Tigre, un delta donde los sedimentos (llevados por el río, y que lo coloran moreno) siempre están formando nuevos islas. Fue muy divertido, y me gustaba mucho, realmente. Después de que llegaron a la casa de dos viejos que parecen muy mundanos (había muchos libros de la naturaleza y de todas las partes del mundo en su casa. Me recordó de las casas de las naturalistas en países bien exóticos, como la de Jane Goodall o algo así).

Pero remaba por un año mi primer año en Dartmouth, y por eso divertía mucho de nuestro viaje por el río a la boca y la empieza del océano. Pero fue un poco anti climático, y no podía dejar reír porque Jack estaba haciendo las caras más siniestras, y Marcel fue, pues, Marcel. Gabby también estaba hablando siempre y constantemente, y por eso no podía remar en paz mucho. Pero fue divertido, en todos casos.

Después de nuestro viaje a la boca almorzábamos con algunas “sándwiches” que consistían de algún tipo de carne empanizado.
El resto del tarde fue una mezcla de tomar sol, nadar, y el más importante, descanso. Hacia la puesta del sol los mosquitos pululaban, y nos forzaron dentro de la casa hasta la llegada del agua-taxi (o barco-taxi). Qué país. Una hora de la ciudad de Buenos Aires, un lugar tranquilo y como Venice.

Thursday, April 7, 2011

El comienzo

Este es mi primer entrada en el blog, pero antes ya había ocurrido algunas cosas (que para mí, por lo menos), importante.
Primero, mis impresiónales iniciales de Argentina. Cuando llegó a Argentina pensaba que fue unos de los países paraísos del mundo. Vi un árbol de palma, y pensé un poco en Hawaii, donde vivía cuando era niño .El tiempo en ese momento fue también una maravilla. Estaba muy emocionado, a través de todo. Mi familia también estaba muy simpática; dos viejos relajados.

Segundo, algunos días después de que llegué, un ladrón me robó mi billete cuando estaba en el subte. Había mucha gente en el subte, mucho apiñamiento. En una parada, cuando toda la gente estaba empujando para dejar del tren, un hombre corto y moreno fue apretado contra mí. Me miró en los ojos, y de repente pasó y empezó a correr cuando dejó del tren.
Con un sentimiento súbito de terror palmeó mis bolsillos. Dije “Shit, I think that fucker took my wallet!” mientras me miraban con confuso mis compañeros, y empujé abierto las puertas ya cerradiendo, y corrí a la dirección del ladrón. No podía encontrarlo. Esa tarde fue miserable: lo pasaba hablando con mis padres por Skype y resolviendo los problemas que acompañan un billete perdido.

Pero ya se fue.

Ahora está lloviendo, y el cielo tiene el mismo color de todo el concreto que puedo ver debajo de mi casa. Debe ser deprimido, pero estoy sentando bastante bien; tranquilo. Acabo de hacer ejercicios en el gym de UADE. Todavía me gusta mucho esta aventura, creo.